5 claves para dejar el estrés de la educación virtual
Una de las cosas más importantes en momentos de situaciones estresantes como esta pandemia es bajar la exigencia, tanto de los padres para con los hijos y de las familias para con los colegios.
Hay que entender que esto es una situación extrema y que estamos en un paréntesis en la vida de todos: la vida educativa, la vida familiar y la vida de los niños. Debemos entender que esto no va a durar para siempre.
Ahora los niños no pueden estar aprendiendo muchos conceptos difíciles y no hay que preocuparse tanto por eso, pues los van a retomar una vez que regresen a los centros educativos.
Igualmente, los padres y los maestros tendrán que ponerse a tono, una vez regresen las clases de manera presencial.
También, será necesario hacer una readaptación curricular, sabiendo que no fueron por un año al centro educativo.
Rol de maestros
Es cierto que está pasando mucho que los padres han tenido que tomar el rol de los maestros de la educación y el aprendizaje, y esto ha venido a afectar la emocionalidad de forma negativa, porque los hijos no aprenden porque no se pueden conectar y otros problemas.
Aquí es cuando el aprendizaje toma otros colores, pues el hijo no aprende porque detrás está la emoción de la mamá diciéndole: “tienes que aprender, tienes que conectarte a tiempo, hay que enviar la tarea o el proyecto, tienes que estudiar, te tiene que ir bien…”.
En la medida que esa exigencia sea menos, los chicos van a poder despegar aún más en cuanto al aprendizaje, pero si no lo logran, vienen las frustraciones y que son tan grandes que se alejan de la parte cognitiva, con lo que se va a alejar del interés por conectarse y ver a los amigos.
Aquí lo recomendable es que padres e hijos hablen de esta exigencia para reducirla en la medida que se pueda, hablar de las emociones que provoca conectarse por una pantalla y no poder ver a los amigos en persona.
Hay entender que para los estudiantes no es saludable conectarse todo el día por una pantalla, y muchos padres no lo entienden así. Y pasa que los colegios por retribuir de alguna manera el pago de las matrículas, hacen que el estudiante se conecte todo el día.
La educación en línea depende de la edad evolutiva de cada niño: de 0 a 3 años el niño no debería estar conectado, de 3 a 6 una vez por día como mucho, pero si es menos, mejor (3 veces por semana). Primero y segundo grado: todos los días pero de uno a dos “zoom” por día, pues les cuesta mucho. Ya con los más grandes las cosas cambian un poco, pues soportan un poco más de tiempo la conectividad.
- ¿Qué beneficios o qué hay de positivo en esta virtualidad tanto para padres como para estudiantes?
- Los beneficios que podemos encontrar es que los padres pasan más tiempo con los hijos, que los padres toman noción del esfuerzo o de la dificultad que los chicos tenían en lo escolar, al vivirlo más desde adentro.
Para los padres el beneficio es poder trabajar desde la casa y no exponerse al virus, tener una vida más tranquila en cuanto a los horarios, tener acceso a cursos o charlas virtuales en todo el mundo.
Y para los estudiantes poder estar en la comodidad de su casa, seguir explorando en las redes sociales como medio de comunicación y poder hablar más abiertamente de sus emociones, ya que en la adolescencia, por ejemplo, la vergüenza suele hacerlos excluirse de lo social.
5 Recomendaciones para tener menos padres y alumnos estresados
- Para no estresarse, como en todo momento de la vida, la clave es poder hablar, habitar sus emociones, poder hacerse amigo del conflicto y realizar hobbies, deporte, yoga, lecturas que ayuden a descargar tensiones para que éstas no se acumulen con el correr del aislamiento.
1- Bajar el nivel de exigencia para con los hijos y el colegio
2- Promover la comunicación. Hablar con los hijos para expresar las emociones tanto positivas como negativas.
3- Buscar actividades diferentes a las de la cotidianidad de la virtualidad: deporte, yoga, lecturas, caminar.
4- Crear proyectos en conjunto (padres e hijos) que no tengan que ver con la educación: pintar una pared, recortar el jardín, regar plantas, entre otras.
5- Entender, pero sobre todo entender que esto es una situación pasajera, que no es para siempre y que en definitiva, habrá un retorno a las clases presenciales, y que los hijos retomarán el estudio y se pondrán a tono con lo que han dejado de aprender.
Licda. Paz Abarca
Psicóloga Infanto juvenil. Especialista en vínculos y familia.
Docente.
Psicóloga del equipo de primera infancia del Hospital Italiano de bs as. Especialista en familia. Docente Buenos Aires, Argentina
Contacto: pazabarca1@gmail.com Instagram:@lic.paz.abarca
Actualmente, realiza orientación a padres por zoom
Coordinadora de Grupos de Crianza